El detalle

Que lo importante no se deja ver. Que aunque abras los ojos seguirá invisible. Que lo que buscas está en lo insignificante, entre detalles, en lo que nunca pensaste y siempre tuviste. Que la felicidad reside en esos mundos más pequeños en los que no habitamos, ni queremos echar raíz. Y que si ser feliz es tan solo eso, tú eres mi mundo más pequeño y yo tu habitante más feliz.

La inocencia

A todos nos gusta la música, pero sabéis cuál es el motivo por el que se escriben canciones? Escribimos canciones porque se canta lo que se pierde. Podríamos decir que en definitiva escribimos canciones porque tenemos miedo. Y uno de esos miedos quizás es el de la fugacidad de las cosas. El paso de los años enseña a uno unas cuantas cosas. Porque, si a algo tiene miedo, es a perder la oportunidad de vivir algo por primera vez. El caso es que de repente llega algo a tu vida que lo desordena todo y te enseña que lo mejor está por venir. Renueva tu mirada y recuperas esa vieja sensación de poder vivir por primera vez incluso cosas que has vivido tantas y tantas veces. Cada estación es la primera porque la pasas a su lado. Cada paisaje es otro porque lo llena con su mirada. Y el mundo es único y maravilloso porque esa persona lo habita. Y entonces entiendes por qué al presente se le llama presente, porque es un regalo maravilloso que uno no puede desperdiciar teniendo miedo a la vida. Así que cada canción tiene que ser una celebración, incluso cuando uno cante desde la derrota, porque estamos vivos y porque queda todo por hacer.

No ha pasado

A veces parece que todo está escrito en un guión. Sin embargo, nos volvemos locos ante una decisión importante, como si sólo hubiera un camino correcto, y debiéramos poner todo nuestro empeño en descifrar cuál es.

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